Como podría olvidarte

  

 

Cómo poder olvidar ese momento íntimo

momento que paró el tiempo para nosotros,

momento en el que nuestros cuerpos bailaron

con la música del deseo, la danza del amor.

 

Tengo presente en mí, la imagen de nuestra pasión,

el olor de nuestros cuerpos desnudos gozando,

el sonido de nuestro lenguaje comunicando el deseo,

la suavidad de nuestra piel moviéndose y acariciando.

 

Veo el lugar donde volamos para alcanzar el éxtasis,

rincón cuyas sábanas fue un manto blanco y brillante,

donde la música de ambiente la formaba el viento

y la luz del sol daba la nota ardiente y envolvente.

 

Fue un acto de amor, solo un acto,

pero donde nuestros cuerpos varias veces gozaron,

solo una vez fue el acto del amor

pero continuo y con multitud de orgasmos,

porque no fue empezar, acabar, esperar y empezar,

sino llegando el culminar del deseo no dejamos parar,

las sensaciones que hacen brotar el fuego

y en el tiempo que el soñar de nuestros cuerpos,

de nuestras mentes y nuestra carne eran solo…

puro deseo.

 

Veo que llegamos a nuestro rincón de amor,

entre risas, bromas y alegrías,

hablando sin tener idea de buscar el sabor

que nos llevaría a gritar alabanzas

de la unión que hubo entre tú y yo

y que nos unió en un ritual de esperanza,

para sentirnos unidos en nuestro candor

y al límite de una pasión sin mordaza.

 

Nos miramos y nuestros ojos quedaron fijos,

nuestros labios se mojaron al sentirse observados,

nuestra boca se unió en un beso latente

y nuestro rostro cambió por lo que se estaba formando.

 

Al mirarte acaricié tu cara, recorriendo tu perfil,

pasé mis dedos por ojos y labios llenos de deseo,

acaricio con la humedad de mi lengua

ese rostro que me llena y cubre mi ego,

pero no solo pienso en mí, mi vida,

sino que busco aprender de tu cuerpo.

 

Desprendí tus ropas de tu figura ardiente,

desnudé mi cuerpo para fundirnos en un abrazo,

calor y ardor crecieron en esa fusión,

sensación de deseo al estar en tu regazo.

 

Desnuda ante mí empecé a descubrir

todo aquello que se presentaba para mi estado,

empecé a aprender de lo que se presentaba

orgulloso de tenerte a mi lado.

 

Tus pechos se alzaban como altas montañas

cuya cumbre era tu abultado y suave pezón,

al acariciarlo sobresalía hacia el cielo

invitando a mi boca para una succión.

 

Recorrí las laderas de tus pechos,

haciendo que mis manos y boca los escalaran,

buscando el mejor camino para que en ellos

una electricidad poco a poco los surcara.

 

Bajé mi lengua por esas laderas,

pasee mis caricias por la llanura que precedía,

llegando a la hondonada de tu ombligo que me llamaba

para bajar a ese pequeño orificio.

 

Desde el ombligo marqué los senderos

para no dejar rincón sin conocer

profundizar en el relieve de tu cuerpo sumido

y buscar el tesoro que contiene todo nuestro placer.

 

Marché por la llanura sonrosada

dejando en ese terreno semillas de caricias,

abonando con besos ese valle aun en calma

conociendo el precursor de otras delicias.

 

En lo alto diviso aún las montañas

me indican adentrarme en otro recorrido,

nuevos paisajes que me abruman

para desear en ellos quedar perdido.

 

Bajé hasta un bosque lleno de vegetación

donde hurgué con la yema de los dedos,

suavidad en el paso de ese contacto,

deleite al hundirme en sus enredos.

 

Saliendo del bosque encontré un torrente,

se deslizaba por un insinuante desfiladero,

paredes que escondían una gruta y su río

que atrajeron el cambio del sendero.

 

Manos, dedos, labios, lengua y aliento,

se unieron para descubrir ese paraje variado,

contrastes de pliegues que creaban un interior

donde mana un manantial lleno de deseo.

 

Bajé a la gruta y entré en la caverna,

explorando su interior mi cuerpo se abrazaba a tu cuerpo,

nos dejamos cubrir con las esencias

que nos regalan los fluidos y aromas del momento,

provocando poco a poco una grata revolución

donde un terremoto por aparecer se hizo intento.

 

Salí de la cueva y bebí del agua que la corría

dándome aliento para seguir la exploración,

marqué rumbo a todos los caminos

donde las fronteras parecían pedir perdón,

pero indicaban nuevamente una subida

y buscar un nuevo rincón.

 

Llegué a unos montes gemelos

cuando tú me ofreciste la espalda,

glúteos que mi piel recorría

profundidad que me llamaba,

en ese camino se escondía

esa misma cascada,

torrente y cueva se ofrecía

aun estando de espaldas.

 

Decidí marchar hacia arriba

y masajear esa espalda,

zonas erógenas aparecían,

lugares que me provocaban,

el ansia por saborear

todos los lugares que ahí estaban.

 

Todo el relieve de tu cuerpo quedó explorado

y el fuego de la lava nos iba recorriendo,

terremoto y volcán querían brotar

para en su caminar irnos venciendo.

 

Pero besos, abrazos, caricias,

nuevamente surgían entre nosotros,

nuestros cuerpos no paraban de pedir

lo que ya gritaban nuestros rostros,

pero quisimos demorar al máximo

el momento de culminar el placer,

porque disfrutábamos el amar

tanto como dar salida al nacer.

 

Yo te acariciaba y tu caricia me transportaba,

yo te abrazaba y tu abrazo me aprisionaba,

yo te besaba y tu beso me alzaba,

yo te amaba y tu amor me extasiaba.

 

Sin dejar de besarnos escalé tus montañas,

me deslicé por la suavidad de tu llanura

me perdí en tu bosque con flora innata

me refugié en tu cueva saboreando su frescura,

al sentir como las aguas de su río me mojaban,

aun siendo el tacto de alta temperatura.

 

Tu roca que separaba el monte, desfiladero y gruta,

tenía ya una dureza altamente formada,

ese punto que al acariciarlo con cada ruta

formaba en el río mayor cantidad de agua,

y me pidió entrar en la cueva

para excitar toda mi alma.

 

Gemidos callados, miradas cómplices, cuerpos unidos,

en un baile donde cada vez entraba más en ti,

donde tu roca quería estallar para hacerte volar

al sentirse estimulada, en este baile sin fin,

pero un principio... el momento de gozar.

 

Nos miramos y nos dejamos llevar

entre besos, caricias y abrazos,

el terremoto creció y el volcán estalló

sin poder dejarnos de hablar,

nuestros cuerpos explotaron

inundándonos del tesoro del gozo y de podernos amar.


¿Que es una Kajira?

  



Kajira es el término para esclava en las novelas de Gor de John Norman. Los esclavos en el estilo de vida goreano se referirán a sí mismos como kajirae. Se dice que la frase "la kajira" significa "soy una esclava". en el idioma goreano, la lengua franca más hablada en las regiones conocidas del planeta Gor.

La palabra generalmente se ve en la forma femenina "kajira", ya que la mayoría de los esclavos en el estilo de vida goreano son mujeres; las formas masculinas son "kajirus" y "kajiri". La construcción "kajiras" es incorrecta, pero ocasionalmente se ve en escritos de terceros. Existen varias técnicas en la cultura goreana para enseñar a los esclavos goreanos la conducta correspondiente.

Las tareas de los esclavos pueden incluir no solo la esclavitud sexual, sino también la capacidad de mantener un hogar, poseer habilidades artísticas, use un atuendo atractivo y diríjase al maestro de cierta manera.

Las esclavas goreanas están marcadas, lo que significa que están marcadas con ciertos signos quemados en la carne al ser esclavizadas. Para marcar a un esclavo como propiedad de un dueño en particular, se coloca un collar con el nombre del dueño sobre el esclavo.

Básicamente, una kajira es una esclava goreana que está marcada con un kef y puede tener o no collar, propiedad de una taberna o de un amo/a.

Hay una diferencia entre un kajira y un esclavo. Una kajira sirve a su Maestro con orgullo, su sumisión proviene de lo más profundo de su alma y también es parte de su corazón. Una verdadera kajira se arrodillará frente a su Maestro y entregará no solo su cuerpo, sino también su mente, corazón y alma. Ella le pertenece completa, total e incondicionalmente. Esto va mucho más allá de la confianza; una kajira debe tener integridad, lealtad y honestidad; sin esos valores no tienes nada; con ellos lo tienes todo.

Incuestionablemente debéis esforzaros por agradar a vuestro Maestro porque su palabra es ley. Él te protegerá, te nutrirá y te guiará. Él te castigará, no con odio o crueldad, sino con amor y cuidado para hacerte fuerte y especial.

Los verdaderos kajira son una propiedad valiosa, porque con todo su corazón solo quieren darle un gran placer a su Maestro. Ella hace esto con la belleza de sus servicios, el orgullo con el que usa su collar y trabaja continuamente en formas de complacer a su Maestro.

Una kajira NUNCA debe deshonrar a su Maestro, su collar y la kajira de su hermana. Si alguna vez un Maestro te hace servir a alguien más, debes hacerlo con el mismo orgullo y amor que muestras por tu propio Maestro.

Una kajira es diferente de un esclavo, cualquiera puede ser un esclavo, pero solo unos pocos son verdaderos kajira. Por eso son especiales.


Soledad perdida

 

La duda

  


Mis ojos sólo han visto 

el deseado fulgor de tu lenguaje en mi mente,

ventana que a ti me acerca y me separa...


Te veo,


y en mi mente se entremezclan un caos de imágenes ...

dar cuerpo a la idea de tu cuerpo,

dar vida a la idea de tu alma...

 

Te veo,


y en mi cuerpo se inflaman mil deseos oscuros y lejanos... 

el ansia de la entrega...

la voluntad de los años...


Te conozco y desconozco al mismo tiempo


me siento tuyo...

entregado... 

sensibilizando mi piel ...

respiro de ti cada palabra... 

huyen las sombras...

el deseo...


La furia de tu anhelo

y tú llamada...


Sé que vendrás un día,


sé que iré... 

aunque es incierto si este saber es fe o es esperanza.


Y cuando vengas,

o si vienes

y cuando vaya...


¿cómo resistirán mis ojos tu mirada?


Martillea una duda en mi mente,


y me corre el temor a lo largo de la espalda,


formulando insistente la pregunta,


de, si seré aquello que buscabas...


Esta inquietud me impulsa a veces a refugiarme


en la seguridad de la distancia...

no sé si prefiero mi llegada,

o soñarte en esta ausencia...

no sé si temblar ... 

reír... 

llorar...

ni cómo dominar esta añoranza. 

voy..., 

correré el riesgo... 

o quizá...no,

no vengas,

que no quiero

morir de angustia si me faltas...

O sí....

acaso...

tal vez..., 

perdón, mi Amor, es el temor quien habla...

 

Llegaste a mí


espérame, 

abre tus brazos,

y recibe la entrega de mi alma.


Perdona con amor mis dudas.

Porque de verdad te amo, mi Mariposa Negra.


¿Qué significa tener una esclava desnuda ante ti?

  

Desde el punto de vista de la esclava:

El estar desnuda ante el Amo puede hacer que se sienta poseída, vulnerable, sumisa y a veces, humillada. También puede hacer que la esclava se sienta reforzada y aceptada. Aunque a las esclavas y sumisas nuevas en este mundo del BDSM, hacen que se sientan poco confortables con sus cuerpos, puede hacerles sentirse juzgadas, incómodas e incluso extremadamente vulnerables. Y es natural, e igualmente comprensible para una esclava o sumisa que muestre su rendición y su disposición a acatar los dictados de su Dominante.

 

Desde el punto de vista del Amo:

Una esclava desnuda muestra que está totalmente a la disposición de su Amo, abierta a todos sus deseos. Muestra su aceptación a no ocultar nada a la vista de su Dominante, al tiempo que también, metafóricamente, le revela todo su yo y sus inseguridades. Una esclava desnuda muestra que está dispuesta a servir a su Amo en cualquier modo en que esta elija, aunque sólo sea mirándola totalmente desnuda o haciéndole estar allí arrodillada a sus pies, mientras ella trabaja o se dedica a su ocio. El tenerla así desnuda ya es una prueba de su dominio, porque la esclava está mostrándole su mayor intimidad y le está ofreciendo toda su confianza.

Por la noche, en la cama, la desnudez de la esclava le recuerda a ésta que, incluso en su sueño, se le exige estar totalmente expuesta a su Amo: para el placer de su Dominante, para ser vista o usada como ella desee.

Y al estar desnuda ante otros, ya sea en un club o una fiesta BDSM, a la vista de desconocidos, o ante los amigos de su Dominante, la desnudez de la esclava será un símbolo de su sumisión y rendición a la voluntad de su Amo, convirtiéndose así en la preciada posesión de su Dueño.

De modo que, el ser una esclava desnuda ante un Amo, puede tener una gran cantidad de significados, de los que el tener sexo es sólo uno de ellos, y no precisamente el más importante. Y naturalmente, hay muchas otras facetas que esclava y Dominante pueden descubrir… en cuanto se desnude.

 

Autor: Dr. Charley Ferrer.  Fundador de la BDSM Writers Con.

Revista BDSM Hoy.

 

 


Añoranza

  


Cuanta nostalgia me atrapa, cuando tú no estás…

miro mis alas,

recuerdo quien me enseñó a volar,

quien escuchó mi llanto,

quien abrigó mi ser,

quien apacigua mi alma,

quien me acoge y me da fe,

Eres tú mi aliento,

mi refugio, mi vida,

es tu luz la que me da la paz,

sólo junto a ti me atrevo a caminar,

te llevo aquí en mi pecho,

esencia de ternura y besos,

Cuanta dulzura envuelve mi despertar,

y té echo de menos,

te espero en mi soledad,

Una sonrisa me invade, al pensar en ti…

vistes de fuerzas mi fragilidad,

arropas mi alma en tu serenidad,

eres mi norte,

principio y final,

eres mi aplomo,

mi ángel de la guarda

con tu luz, me da la paz,

sólo junto a ti,

He aprendido a amar.

esencia de ternura y caricias...

sé que es amar...Cuando no estas junto a mi ...

 como te he de extrañar.

¿Dónde estarás?


Viaje al sado

  

El viaje al sado es tan atemporal como fascinante. En esta primera etapa sólo se trata de que la sumisa cruce la línea entre ser y no ser y, en definitiva, la verdad de sentir porque el sado hace sentir a la mujer diferente y para esto la sumisa necesita sentir y ver por sí misma nuevas sensaciones y sentidos transmitidos en su piel. Aquí, en este principio, la mujer se siente sumisa perra de su deseo oculto pero llevada por la mano del amo que la saca –durante este viaje-, la zorra y puta que lleva escondida dentro.

No escribo ni hablo de ese seudo amo chateril vendehúmos que no sabe conquistar a una mujer por falta de técnicas románticas y que, en su defecto, adopta una postura de dominante adquirida en libros, películas o un blog de internet. Este elemento, en concreto, no solamente no aporta nada al BDSM del Sado, sino que como no tiene técnica ni personalidad formada como dominante, por falta de experiencia, se dedica a criticar a otro Amo tipo perro del hortelano ya que, en el fondo, no tiene rol y procede del lado vainilla.

A todos esos aprendices y demás secuaces pequeños hombres, pero grandes masturbadores les insto a esta pequeña sabiduría con el proverbio chino: No te metas en un camino que no sabes dónde te va a llevar.

En este transcurso, de este viaje, no hay ni miedos ni reservas contrarios a la seudo sumisa mero espectadora virtual que fantasea con sus dedos en su sexo que lo tiene hecho callos de tanto darle. Ese quiero y no puedo sólo esconde una cárcel hermética donde este tipo de mujer se condena a su propio futuro de no ser y no querer llegar a ser nada. Es esa nada del vacío que siente y por la que nunca sabrá el verdadero sabor de la entrega. Sin la entrega la sumisa divaga y nada en el abismo del averno presa de ella misma con las simples excusas que la valen para no entregarse al amo adecuado tipo sastre. En el fondo esas excusas no la protegen del inadecuado o mal dominante, sino que se sirve – y a la vez utiliza-, para no cruzar la línea de la realidad y entregarse en este viaje especial y espacial.

La sumisa viene encadenada en su propio mundo virtual – preferiblemente chateril -, ya que allí nada como pez en el agua sin sentirse acusada por su falta de entrega ya que ella se basta con excusas propias que encuentra en ese mundo que conecta y no sirve ni vale a su medida pues, entre otras cosas, el vestido ceñido y los zapatos de tacón altos no soporta ni aguanta por su sobre peso. Incluso en este caso, existe también, el Sado Medical que contribuye, en un primer momento, en esa “toma de medidas corporales” para más adelante, ya la sumisa perra de su deseo, terminen con otra técnicas tipo “dilataciones” o, avanzadas, Needle Play.

En esa amplitud del desarrollo de la sumisa esta su destino que sencillamente empieza con esa entrega al amo que sabe cómo conseguir que la sumisa complazca así en sus deseos ocultos de su mente y que todo esto le lleve a la sumisa al crecimiento como tal desde un inicio hasta aquello que quiera probar y explorar en el mundo tan amplio del Sado.

Comienza este viaje con el paso de la mujer –ya sumisa-, que acepta cruzar la línea de esa realidad del ser o no ser tipo Hamlet, con la entrega y, pues, el proceso para la sumisa. La entrega no es una fe ciega sino dejarlo todo en manos y la confianza del Dios Amo. Sólo dejando la voluntad y perdiéndose en este viaje la sumisa encuentra su verdadero valor ya que es el amo quien la hace sentir diferente. Todo este proceso lleva, a la vez, un progreso que oscila entre el BDSM y el Sado donde la sumisa se deja llevar por los instintos de sus oídos si sus ojos están vendados o por su tacto si tiene las manos atadas. Llegados a este punto, la sumisa – perra de su deseo-, empieza a sentir ese progreso que lentamente –y sin tiempo-, la lleva al sado.

Lo importante del sado es utilizar las herramientas tanto en orden como en disciplina. En este blog hay y existen tanto maneras como aparatos para que el amo sepa sacar los secretos inconfesables que la sumisa lleva escondida dentro.

Ya sé que habrá gente con rol que me cuestione y sé y conozco que hay mejores amos que yo en práctica, pero no se trata de lo que yo practico o enseño sino de cómo lo práctico y enseño. Con este blog he tratado de crear esa poesía para este viaje hacia el sado con las armonías que la sumisa desea o quiere experimentar hasta llevarla al climax del Subspace. Los paisajes y los peajes de este viaje atemporal –BDSM-SADO-, son etapas desde un inicio con paradas de descanso para que la sumisa lo asimile todo hasta ese fin que nunca se termina en la mente de la sumisa, porque los recuerdos harán que perdure el mágico momento de este viaje. Crear sensaciones es parte de la magia de un amo que no necesita trucos. Una sensación llena de infinitos matices y de un abanico inmenso de sentidos consiste en someter con cuerdas en forma de red el cuerpo de la sumisa desnuda y con zapatos altos de tacón para que su propio placer de la entrega eyacule el squirting y se sienta encadenada a su propio placer con su sexo mojado que recorre sus piernas haciéndola sentir por sí misma esa sumisa perra de su deseo cómplice de su amo para al final follarla como buena zorra y puta consecuencia de este fantástico viaje.

No hay dos viajes iguales como tampoco dos sumisas o dos amos, porque cada viaje tiene un sentido diferente y cada viaje lleva a la sumisa a otro destino. El destino de sumisa es amplio y abarca mil mundos: Tantos como el sentido de sumisa. En este recorrido y con los múltiples descansos y paradas, la sumisa no dejará de crecer con su amo, si bien éste hace saber llegar, cómo y cuánto a la sumisa desea, espera y, en el fondo, es sorprenderse de cada viaje hecho entrega.

Sólo la magia de un amo junto con su poder de improvisación hará que el transcurso de este viaje llegue a buen fin con las dificultades e inconvenientes del camino donde solamente llegar a saber bien las reacciones de la sumisa cuando la sometemos en su piel con las distintas disciplinas nos hará saber si ampliar ese placer unido en dolor o ese morbo hecho molestia que debemos suspender y cambiar por otra práctica.

En este viaje hay que saber y tener en el concepto claro del camino por dónde se empieza y el cómo se practica el sado para saber dónde termina porque cada viaje en sado es diferente. Si empezamos con paciencia donde someter a la sumisa nos dará el conocimiento si utilizamos la perseverancia en busca de nuevas sensaciones que atraviesen los sentidos en su piel a través de las disciplinas con la esperanza de que todo este trabajo como amo introduce a la sumisa una semilla que produce, con el tiempo, lo que queremos conseguir de ella: La sumisa perra entregada en Sado.

Para sumergir a la sumisa en este fantástico viaje se necesita método, orden y disciplina, pero con la flexibilidad para encontrar la sumisa perra que desea el amo. Una sumisa entregada de cualquier manera llega a ser cualquier cosa. La semilla de una sumisa es a tales esfuerzos tales resultados, a tanta acción tanta reacción, a tal causa tal efecto. Una búsqueda en Sado no es un encuentro.

En este viaje puede ocurrir el desaliento y la impaciencia y transmitir esto a la sumisa por no esperar todo lo que deseamos y nos complace de ella. A todo esto, hay que reaccionar con impulsos positivos y no hay que estar descuidado o desprevenido y actuar con el poder de imaginación e improvisación de un amo para que cada viaje al sado sea un camino sin retorno.

En muchos viajes con la Princesa Turandot pude comprobar la magnitud de estas palabras escritas cuyos sentidos no se pueden transcribir porque son difíciles tanto de asimilar como entender. Es algo nuevo que se siente en cada sesión de sado donde el espacio de someter y de dominar se mezclan en un tiempo que transcurre milagrosamente lento como si se detuviera ese “Yo” que necesita complacerse entre necesidad y complicidad para pasar a un sentido de placer especial donde el sexo con la sumisa no es un fin sino una consecuencia de este fantástico viaje al sado.


Mario Rey: Escuela, legado y leyenda en Sado.

Link: http://disciplinachina.blogspot.com/2022/

Tú silencio

 


Este no es un poema, es una reflexión que

tuve el sábado en la noche, en la cual,

nunca recibí un sí o un no de tu parte.

 

Para el silencio más frio de tu corazón.

Si esta noche te sientes sola y sientes a tu corazón vacío y cansado, es tal vez porque no tienes a alguien que hoy tome tu mano; si lloras al oír alguna canción de amor, deja de llorar, toma tu pañuelo y trata de decirle adiós a tu soledad, dile adiós e inventa un amor; invéntate un romance, sueña con ese hombre que esperas y piensa en que mañana con ese hombre estarás. No sé por qué está sola, tal vez piensas que ese a quien amas no te quiere, o quizás demasiada soledad no te hace ver que eres especial, porque tal vez muchos hombres desean poder besarte esta noche y alguno de ellos puede estar llorando por ti esta noche. Pero sola te encuentras y si escuchas mis versos, algo en ti quiero cambiar, quiero decirte que si tú lo decides podrás de nuevo volver a amar, porque el secreto para conquistar un amor es muy fácil, solo dile a quien amas dos simples palabras mágicas que son las llaves que abren cualquier cerradura, dos palabras que abren hasta las puertas de los corazones más duros, la de aquellos corazones que pensaste nunca podrías alcanzar. Cuando digas estas palabras dilas con la fuerza de tu alma, que muy dentro de ti salgan, usa estas simples palabras mágicas, anímate, tal vez esa persona que amas pronto bese tus labios; arréglate el pelo, elige el mejor vestido, dibuja una sonrisa en tu rostro, llámalo, ve y dile te amo.

Como alguna vez

yo lo hice por ti

por mi... por nosotros.

Por Lex Black.

La cadena

  

El significado de la cadena:

La cadena es una serie de los eslabones que representan todos los acontecimientos que han ido sucediendo para llegar a sentirse unidos. Cada uno se engancha con otro para completar la cadena. Pasarla por la llama simboliza la purificación de todos los acontecimientos que han vivido junto, así como también sus pasados. Todas las cosas malas son consumidas y sólo lo bueno permanece. Envolver la cadena alrededor de ellos es una imagen visual de la unión de dos almas en una. Esta cadena nunca se usa para ninguna otra cosa, excepto para una ceremonia semejante por la persona que recibe esta cadena como un obsequio. Normalmente pasa de unas generaciones a otras y se considera un obsequio muy valioso.

Referencia: https://actiweb.one/elrincondelamo/herramientas_utiles_para_el_amo.html


Tu eres poema

  


En estos poema se encuentran: 

Todos los recuerdos de nuestro amor,

forjados con turbia pasión.

 

 Ahora están escritos en blanco papel,

como en su momento lo hiciste en mi piel.

 

Hoy te hablo de mi devoción,

escritos por mi… y por tu corazón.

 

Anteriormente mi vida fue un poema,

ahora sin ti… mi alma enferma.

 

Los recuerdos vivos llegan a mi,

cuando leo estas líneas sin fin.

 

Tuvimos un pacto de sangre y rosas,

Ya rompimos nuestra promesa.

 

Y ahora mi alma navega a la deriva,

dedicando estos poemas a ti,

el resto de mi vida.

Por lex Black


Ideas para castigar a tu sumisa (Cómo castigar: Parte 2)

  

Antes de usar cualquiera de estas ideas, asegúrate de:

  • Que el castigo esté dentro de los límites acordados con tu sumisa (tener el consentimiento de tu sumisa).
  • Adaptar las ideas a los límites de dolor/humillación de tu sumisa.
  • Acordar una palabra de seguridad con tu sumisa para detener inmediatamente la actividad si fuese necesario.
  • Conocer con precisión lo que estás haciendo. Por ejemplo, no uses cera caliente si no sabes nada acerca del tema.

¡Recuerda siempre que la salud física y mental de tu pareja es lo más importante!

 

Castigos de restricción

Quítale, o no le des, algo que le gusta.

1. Orgasmo con permiso. Tu sumisa solo podrá tocarse o tener un orgasmo si le das permiso.

2. Sin orgasmos. Prohibirle tener orgasmos totalmente durante el tiempo que estimes oportuno.

3. Orgasmos forzados. Haz que tu sumisa se corra una y otra vez después de que alcance el punto de máxima satisfacción. Cada orgasmo posterior le provocará peores sensaciones, hasta un punto que le arruinará todo lo positivo de la experiencia sexual. Un hitachi (también conocido como magic wand) es fantástico para esto.

4. Denegación del orgasmo. También conocido como Edging consiste en que lleves a tu sumisa justo al borde del orgasmo y entonces dejes de tocarla. Si quieres mayor agonía puedes repetirlo varias veces sucesivamente, dejando 3 ó 4 minutos entre medias para que se recupere.

5. Orgasmo arruinado. Lleva a tu sumisa al borde del orgasmo y, justo en el momento en que empiece a correrse, deja de tocarla totalmente (e impide que se toque ella). El orgasmo entonces será muy malo y le dejará la sensación de haberse quedado a medias.

6. A la cama. Mándala a la cama temprano.

7. Hambre. Déjala sin comer un día.

8. Prívala de tu atención. Ignórala completamente durante un periodo de tiempo. Dile que no tiene permiso para ir a verte, ni para enviarte mensajes ni para llamarte hasta que le digas lo contrario.

9. Anula una cita con ella. Si tu sumisa está entusiasmada con una cita que vais a tener, cancela la cita hasta que aprenda a portarse bien.

10. Sin caramelos. Quítale (o prohíbe que use) algo que le encante, durante el tiempo que estimes oportuno. Por ejemplo, prohíbe que acceda a las redes sociales, ver un programa de la tele que le guste mucho, etc.

11. Sin privilegios. Quítale privilegios, como dormir en tu habitación, mantener contacto visual contigo, comer su comida favorita, etc.

12. Collar. Si le gusta su collar de sumisa, quítaselo. Y si no le gusta llevarlo, haz que se lo ponga mientras esté en casa. A la gran mayoría de las sumisas les encanta su collar, así que quitárselo durante un periodo de tiempo puede ser muy efectivo.

13. Collar y cadena. Ponle el collar y la cadena y haz que te siga a todas partes. Si tienes que salir o hacer algo privado, ata la cadena a cualquier sitio y déjala allí. Si prefieres hacerlo más humillante, haz que te siga a cuatro patas en lugar de andando.

14. Silencio. Prohíbe que te dirija la palabra durante un periodo de tiempo. Si en vuestra relación ya se incluye la regla de que sólo pueda hablar cuando se lo permitas, prohibirle hablar hace que este castigo sea especialmente efectivo.

15. Más silencio. Prohíbe totalmente hablar, incluso en sitios públicos y a otras personas, durante un periodo de tiempo sin pedirte permiso antes (siempre que no interfiera en su vida personal, familiar o laboral).

16. Te lo has perdido. Prohíbe que vaya a un evento (por ejemplo, a un concierto) al que estaba ansiosa por asistir. Si quieres una vuelta de tuerca, llévala al evento sin decirle nada y dile que tendrá que esperar fuera sin entrar hasta que le envíes un mensaje dándole permiso. Mientras tu entras en el evento y le puedes ir enviando mensajes y fotos para contarle lo que se está perdiendo. El tiempo que la mantengas fuera, o incluso si finalmente no le das permiso para entrar y la tienes fuera todo el evento, es cosa tuya.

17. Atada. Átala a la cama o a cualquier mueble (de manera que se pueda desatar fácilmente si es necesario) y dile que se quede allí hasta que tú vuelvas.

18. Control del baño. Haz que tenga que pedirte permiso para poder ir al baño. Si le das permiso tendrá que ir desnuda y mantener la puerta abierta.


Castigos productivos

Que haga algo que sea (más o menos) útil.

19. Recado sexy. Envíala a hacer un recado vestida sólo con un abrigo sin nada debajo.

20. Recado caliente. Envíala a hacer un recado llevando bolas chinas (también se las conoce como ben wa balls y como bolas Kegel).

21. El plug. Haz que realice sus tareas diarias llevando un plug anal (mejor si es vibrador).

22. Sirvienta desnuda. Haz que te sirva la cena desnuda.

23. Leer. Haz que lea en voz alta un texto sobre la falta que ha cometido (el texto lo puedes conseguir en Internet o hacer que lo escriba ella misma). Si no es suficiente, puedes acompañar su lectura de unos azotes.

24. Escribir líneas. Haz que escriba 100 veces: Nunca haré [lo que no debe hacer]. Un clásico. Y uno de los mejores castigos para fijar una idea clara en la mente de tu sumisa. Para maximizar la eficacia de este castigo, úsalo con mucha moderación.

25. Escribir otras líneas. Alternativamente, haz que escriba 100 veces la regla que ha infringido.

26. Escribir más. Alternativamente, haz que escriba un párrafo explicando las razones por las que está mal lo que ha hecho. Una vez su escrito tenga tu visto nuevo, haz que lo copie 50 veces.

27. Escritora. Alternativamente, haz que escriba dos folios explicando qué ha hecho mal, por qué está mal y cómo piensa mejorar en el futuro. Luego deberá leértelo en voz alta.

28. Bloguera. Haz que cree su propio blog en el que deberá escribir con todo detalle cada uno de los castigos y humillaciones que sufre.

29. Tareas domésticas. ¿Cuáles son las tareas domésticas que más odia tu sumisa? ¿Planchar? ¿Limpiar el baño? Pues qué mejor manera de castigarle. Hazlo más penoso inmovilizando una parte de su cuerpo (por ejemplo, atándole un brazo a la espalda) o atándola para que tenga los movimientos restringidos. Si la tarea no queda lo suficientemente bien hecha, siempre puede repetirla.

30. Fregar. Haz que friegue cada baldosa de la cocina o del baño de rodillas con un cepillo de dientes.

31. Mover arroz. Haz que realice una y otra vez una tarea sin sentido. Por ejemplo, volver a doblar todas las toallas o mover arroz de un montón a otro, y después de ese montón a un bote o a una bolsa; un grano cada vez, claro.


Ángel caído

 




Aún recuerdo

 

Cuando de noche entre mis lamentos,

tu voz, por mi rogó,

viajando por el lago vació,

un llanto del otro lado se escuchó.

 

Ángel de las ilusiones,

luces tan frías, como el cristal,

tan frágil y bello,

sin una sombra de humanidad.

 

En algún lugar del tiempo se perdió,

ese ángel caído, su corazón extravió,

me pregunto. ¿Dónde quedo?

ahora pareciera, que ya se quemó.

 

Ángel mío, ¿quién te mato?

¿fue la noche? ¿fue tu sueño…?

¿… o quizás fui yo?

 

Ángel de la perfección,

¿dónde estás? te llamo y no contestas,

¿dónde te encontraras?

 

Como olvidarte,

teniendo tú belleza enfrente,

como un fantasma en mi mente,

que no quiere desvanecerse.

 

Despojada de tu alma,

bañada en sangre,

confinada a tu sumisión,

atada esta… a mi corazón.

 

Y la sola mención de tu nombre,

reverbera entre mi mente,

provocando el pavor y el dolor,

sin la menor compasión.

 

Ángel de la muerte cruel,

mis recuerdos de felicidad,

en algún rincón del tiempo están,

palpitando impaciente, renacerán.

 

Ángel de mis amores,

comprimes mi corazón, con solo mirar,

porque nunca te pude sacar

de ese abismo infernal;

 

Ángel de la muerte cruel,

dueña eres de mi felicidad,

ya no hay nada que puedas hacer,

pues disfrutas ya, de tu infidelidad.

 

No mires más,

soy infeliz en mi soledad,

tus recuerdos día a día me agobian,

al no poder ignorar.

 

No me hagas entender

que se ha muerto el pasado,

y déjame recordar,

aquellas noches en mi mente,

cuando atada vivías de día,

y de noche en mis brazos morías.


Por Lex Black